jueves, 28 de diciembre de 2017

Red Velvet Cake






Ingredientes:

(Todos deben de estar a temperatura ambiente a menos que se indique otra cosa)

Bizcocho:
115 g de mantequilla sin sal, de buena calidad
275 g de azúcar blanca
2 huevos L
1 cta. de extracto de vainilla
225 g de harina de trigo normal
40 g de harina fina de maíz (Maizena o similar)
20 g de cacao puro en polvo (mejor natural)
1 cta. de levadura química (Royal o similar)
1/2 cta. de sal 
240 ml  de buttermilk
 1 cta. (mas o menos) de Colorante rojo en pasta (yo he usado velvet red de Sugarflair)
1 cta. de vinagre blanco
1 cta. de bicarbonato sódico
Cobertura de queso Mascarpone:
225 g de queso Mascarpone muy frío
1 cta. de extracto de vainilla
115 g de azúcar glas
240 ml de nata para montar bien fría (mín. 35% MG)

Elaboración:

Bizcocho:

Enciende  el horno a 175º y coloca la rejilla a media altura.
Engrasa tres moldes redondos de 18 Ø cm (mejor con base desmontable) y cubre la base con papel de hornear. Engrasa de nuevo sobre el papel.

Tamiza juntas la harina, la levadura, el cacao y la sal tres veces. Reserva.

En el cuenco de la amasadora con el accesorio de pala (o en un bol grande con varilla eléctrica), bate la mantequilla a velocidad media durante unos 2 minutos (dependerá de la temperatura a la que esté), hasta que tenga un aspecto cremoso.
Añade el azúcar y sigue batiendo a velocidad media-alta hasta unos 3 minutos más, hasta que blanquee y aumente el volumen.
Reduce la velocidad y añade los huevos de uno en uno, sin agregar el siguiente hasta que el primero esté completamente integrado.
Añade el extracto de vainilla y bate hasta que integre bien.
Agrega poco a poco el colorante al buttermilk en un recipiente (si es transparente verás mejor) y ve mezclando bien, de esta manera puedes ir comprobando el tono de rojo que va saliendo . Ése será el color aproximado que tendrán tus bizcochos.

Con una pala de goma raspa la masa de los bordes y el fondo del cuenco e incorpora los ingredientes secos  (harina, levadura, cacao y sal), alternándolos con la mezcla de buttermilk coloreado (es importante empezar y acabar con los ingredientes secos, así que tres tandas harina y 2 de buttermilk).
En un cuenco chiquitín combina el bicarbonato con el vinagre y remueve hasta que forme espuma. En ese momento lo añades rápidamente a la masa y mezclas bien, a mano, con una pala de goma y con movimientos envolventes.
Divide la masa entre los dos moldes en partes lo más similares que te sea posible. Da unos golpecitos a los moldes contra la mesa para evitar que queden grandes burbujas de aire en su interior. 
Una vez que hayas añadido el bicarbonato sódico con el vinagre has de meter la masa a hornear lo antes posible, si dejas pasar mucho tiempo antes de introducirlo en el horno, la masa bajará y no obtendrás el bizcocho tierno y esponjoso que deberías. Sin estrés pero sin pausa.

Hornea durante unos 20 o 25 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro de los bizcochos salga sin restos de masa o migas pegadas.

Deja enfriar dentro de los moldes durante 10 minutos. Después desmolda y deja enfriar completamente sobre una rejilla.
Yo procuro hacerlos con tiempo, y cuando están aún tibios, los envuelvo bien en film transparente con cuidado y los dejo en la nevera hasta el día siguiente, o el otro, así son más manejables y es más fácil cortarlos para nivelarlos.

Frosting de Queso Mascarpone:


Tamiza el azúcar glass y reserva.

En la amasadora con la pala, o en un cuenco grande, bate a velocidad baja-media el queso Mascarpone solamente hasta que quede suave y sin grumos, si batieras  demasiado obtendrías una crema demasiado líquida con la que te sería difícil trabajar bien.
Añade el extracto de vainilla y mezcla, después, a velocidad baja,  ve agregando el azúcar glass a cucharadas. Cuando hayas terminado con el azúcar, sube la velocidad un poco y sigue batiendo hasta que se integre todo bien.
Cambia la pala por las varillas y ve añadiendo poco a poco la nata líquida, bate y ve subiendo la velocidad hasta que la cobertura se monte y la consistencia sea la adecuada para cubrir tu tarta, queda parecido a la nata montada. No te pases o se licuará y no servirá. 

Recorta la barriga de los bizcochos con una lira o con un cuchillo de sierra largo para igualarlos. Guarda los recortes para hacer las miguitas de la decoración.


Fuente: Adaptada de Pemberley&cupcakes

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