martes, 28 de abril de 2015

Polvorones caseros de vainilla

Pues si, esta Semana Santa, en lugar de hacer las típicas torrijas o unas monas de pascua como el pasado año, me dio por hacer polvorones oiga.  Y tan ricos que estaban !!!
Son muy muy fáciles de hacer, sólo hay que dedicarle un ratillo para dorar las harinas, que para mi es lo más pesado, y usar ingredientes de la mejor calidad posible.




Fuente: Inspirado en varias, entre ellas y principalmente los blogs de MegaSilvita y Mª Lunarillos 

INGREDIENTES: (Para medio Kilo más o menos)

250 gr. de harina normal
125 gr. de manteca de cerdo
110 gr. de azúcar glas
 65 gr. de harina de almendra
   1 Cda. de vainilla en pasta
   1 Cdta. de canela molida
Azúcar glas para decorar.

ASI SE HACEN:

En una sartén a fuego medio-bajo (sobre todo cuando ya esté caliente) tostamos la harina un poco hasta conseguir un tono ligeramente dorado. Debemos estar muy pendientes y remover todo el tiempo o se nos quemará en cuanto nos descuidemos. La pasamos a un bol, con cuidado que quema ! Reservamos.

Hacemos lo mismo con la harina de almendras, la doramos un poco en la sartén. Ésta también quema mogollón. Reservamos.

Mezclamos la manteca con el azúcar glas hasta conseguir una pasta blanca.

Agregamos el resto de los ingredientes y amasamos bien hasta obtener una masa compacta.

Envolvemos la masa resultante en film transparente y la dejamos en la nevera unos 30 minutos para que asiente.

Precalentamos el horno a 210º sin aire.

Estiramos la masa con un rodillo a un grosor de unos 2 cm  (yo lo hago entre papeles de horno igual que con las galletas, resulta muuuuucho mas fácil) y cortamos con un cortador (a mi me gusta redondo y festoneado).  La masa es delicadita y hay que tratarla con sumo cuidado. Estiramos los recortes y repetimos la operación.

Ponemos los polvorones en una bandeja con papel de hornear y los introducimos en el horno unos 10-12 minutos (depende del tamaño y de como te gusten) o hasta que estén un poco doraditos.

Una vez horneados los ponemos a enfriar sobre una rejilla, directamente con el papel, pues calientes son aun más frágiles. Los espolvoreamos generosa o moderadamente con azúcar glas, al gusto. Debemos esperar a que estén fríos completamente antes de manipularlos y cuando lo hagamos con mucho tiento. Los envolvemos en papel de barba o en los típicos papelitos para polvorones y conservamos en una lata metálica. Aguantan bien mucho tiempo.

Enfriándose y a punto de ser envueltos.
Son unos polvorones muy buenos, mira que a mi no me entusiasman, pero estos en particular le han encantado a todo el que los ha catado, incluida yo. 

NOTAS:

En una ocasión, antes de hornearlos, les puse unas semillas de sésamo por encima y me gustaron mucho, pero los/las  "expertos polvoroneros" los prefieren sin añadidos.
También he visto que hay quien los aromatiza, además o en lugar de la vainilla,  con raspadura de cítricos o con algún aromatizante.





miércoles, 15 de abril de 2015

Galletas veganas solidarias

Estas galletas tan monas las hice para donarlas a un mercadillo que organizó una protectora de animales, con la que vengo colaborando lo que puedo últimamente, para recaudar fondos para sus nenes de 4 patas. 



Fuente: Libro galletas veganas de Virginia García.

Os paso la receta por si a alguien le viniera bien.

INGREDIENTES:

100 g    Harina de trigo normal
 65 g    Margarina vegetal (He usado una de Lidl de girasol, la única que no lleva suero de leche)
 50 g    Azúcar blanco
 15 g    Melaza
 12 g    Almidón de maíz (la Maizena de toda la vida)
 15 ml   Leche vegetal (Yo he usado leche de almendras)
  1 g    Ralladura de limón (opcional, yo no se la puse)
  1 g    Levadura de repostería
1,5 g    Speculaas ( si no tienes o no encuentras mira en las notas de más abajo como las hago yo)

MODUS OPERANDI:

Precalentar el horno a 190º
Poner una lámina de papel de hornear sobre la bandeja del horno.

Batir la margarina con la melaza y el azúcar hasta que quede una crema suave.
Añadir las speculaas, ralladura de limón (opcional), almidón de maíz y leche vegetal y batir hasta que esté todo bien integrado.
Mezclar la harina con la levadura y añardirlo poco a poco a la masa, mezclando bien hasta que no quede harina sin incorporar.
Envolver la masa resultante (es muy blandita) en papel film y dejar reposar en la nevera al menos una hora para que coja algo de consistencia y transcurrido ese tiempo extender entre dos hojas de papel de horno a un grosor de 4 o 5 mm.
Yo una vez hecho esto,  las puse en el congelador unos 15 minutos para cortarlas mejor y que se  deformaran lo menos posible al hornearlas para no perder los deditos de la huella.
Cortarlas con la forma deseada, situarlas en la bandeja de horno que habíamos preparado, con separación suficiente porque crecen un poco, y hornearlas unos 10 - 12 minutos (depende del tamaño), o hasta que empiecen a dorarse por el borde.
Dejarlas unos 3 minutos en la bandeja y pasarlas a una rejilla hasta que se enfríen completamente.

NOTAS:

Las especias que se usan para hacer las Speculaas son la principal característica distintiva de estas galletas. Se trata de una mezcla de canela (8 partes), nuez moscada (2), clavo (2), jengibre en polvo (1), cardamomo (1) y pimienta blanca (1).
Este fue mi sexto intento de galletas veganas, esta receta fue la que mas me gustó como quedó. La misma receta la hice (creo que en mi tercer o cuarto intento) con otra margarina de aceite de oliva y para mi gusto el resultado fue mucho mejor con esta de girasol . . . infinitamente mejor. Mucho más crujientes.

Al tener que ser galletas veganas, es decir, sin NADA de procedencia animal, me costó bastante trabajo dar con una receta que a mi me pareciera rica (será que no estoy acostumbrada), amén de conseguir algunos ingredientes como el sustituto del huevo (que no lleva esta receta pero si otras que hice), o como la margarina, que a pesar de ser de origen vegetal la mayoría lleva leche en su composición. Nunca había leído tantas composiciones en mi vida.
Creo que finalmente lo conseguí y estas  speculaas no tienen nada que envidiar a las galletas tradicionales.
Además de ser por una buena causa, he aprendido unas cuantas cosas que ni me había planteado, así que ha sido una experiencia muy positiva.
Me han contado que se vendieron casi todas (de las 100 que hice) ☺


Listas para entregar