Esta es una receta de
aprovechamiento muy fácil de hacer y muy rica. Con esos plátanos que ya están
demasiado maduros, y suelen acabar en la basura, podemos hacer este magnífico
bizcocho.
Ingredientes
(Todos a temperatura ambiente, salvo que se indique
lo contrario)
- 3 plátanos muy
maduros
- 2 huevos (L)
- 150 g de azúcar blanco
- 120 ml de aceite de oliva
suave
- 120 ml de buttermilk
- 1
cucharadita de extracto puro de vainilla
- 260 g de harina de trigo
normal
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharadita de levadura
química (tipo Royal)
- ½ cucharadita de bicarbonato
sódico
- ¼ cucharadita de sal
- 60 g de nueces trituradas
Elaboración
Precalienta el horno a 175ºC.
calor arriba y abajo
Engrasa un molde
rectangular de unos 27 x 11 cm (aprox.) y reserva
Pela los plátanos y tritura la pulpa (con un tenedor). Reserva.
En un cuenco
mediano, tamiza juntos los ingredientes secos: harina, canela, levadura,
bicarbonato y sal.
En otro cuenco grande
bate los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla que blanquee y sea
esponjosa. (Si tienes amasadora con la pala genial, y si no con una varilla eléctrica)
A continuación, añade el
aceite de oliva poco a poco mientras sigues mezclando, ahora suavemente,
hasta obtener una textura suave.
Sin dejar de remover,
incorpora el buttermilk y el extracto de vainilla hasta que quede
todo bien combinado.
Añade la mezcla de
ingredientes secos a la de ingredientes húmedos y mezcla lo justo hasta que quede todo integrado.
Incorpora el puré de plátano y mezcla hasta combinar.
Finalmente agrega las nueces
trituradas y mezcla, ya a mano, lo justo para que queden repartidas por
toda la masa (no debemos excedernos a la hora de mezclar este tipo de masas
para evitar que se desarrolle el gluten en exceso y queden demasiado densas y
pesadas).
Vierte la mezcla en el molde
sin perder demasiado tiempo (el bicarbonato empieza a actuar en el momento en
que entra en contacto con los ácidos de la masa) y alisa la superficie un poco,
asegúrate de que llega a todos los rincones. Conviene dar unos golpecitos
suavemente contra la encimera para eliminar las burbujas de aire que hayan
podido quedar en el interior.
Hornea 55-60 minutos hasta
que haya adquirido un tono dorado(si no quieres que se dore demasiado, también
puedes cubrirlo holgadamente con papel de aluminio durante los últimos 20
minutos). Antes de sacarlo del horno, introduce una brocheta en el centro
para comprobar que está hecho; si sale limpia ya lo puedes sacar, si no,
comprueba cada 3 minutos hasta que lo haga.
Déjalo enfriar sobre una rejilla
dentro del molde durante 10 minutos. Pasado este tiempo, desmolda y deja
enfriar por completo sobre la rejilla.
Se conserva muy bien tapado a temperatura ambiente.
Notas
- Cuanto más
madura esté la fruta, mucho mejor.
- Si aguantas varios días sin consumirlo y ha quedado un poco seco, puedes
tostarlo a rebanadas en la tostadora. También está delicioso untado con un poco
de mantequilla.
- Se
puede congelar, yo lo he probado y queda casi igual, aunque nada como recién
hecho, claro.
- Solamente
tenía dos plátanos, así que lo que hice fue calcular el peso de uno y añadir
ese peso de compota de manzana que también tenía por ahí.
Fuente: Pemberley Cup & Cakes by Rosa
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